Los Cuentos de Hadas han trascendido de tal manera en la cultura popular, que aún hoy en día son usados tanto tal cual como fueron creados, como fundamento para la creación de nuevas historias.
Walt Disney fue uno de los mayores transmisores de los cuentos de hadas, aunque sus versiones fueron adaptadas al público infantil, eliminando las parte no aptas el mismo (según el criterio de
los EE.UU. y de la época).
La imaginación y el floklore sigue siendo una fuente inagotable de creación literaria, y por consiguiente
de cualquier forma de expresión, como los cuentacuentos (principal y más antigua forma de transmisión de dichos cuentos), el teatro, la música, la pintura, la cinematografía, la televisión...
incluso los juegos de mesa y videojuegos, entre otros muchos.
Algunas de las obras más famosas y que ha provocado una mayor pasión y seguimiento por parte del público han sido historias derivadas de este género literario: El Señor
de Los Anillos, Harry Potter, incluso La Guerra de Las Galaxias, que es denominado por su propio autor, George Lucas, como un cuento de hadas.
Comercialmente, la producción editorial de Literatura Infantil y Juvenil es abundante, de hecho en otros países, como Bolonia, se celebran importantes Eventos relacionados con este género.
También es muy importante, no solo la profusión de obras literarias, si no también la faceta visual, dando trabajo a ilustradores que interpretan dichos cuentos para añadirle una
dimensión gráfica adicional, y ahaciéndolos más atractivos para los más pequeños.
Como decíamos, los cuentos de hadas han trascendido a otros medios, y, en plena era audiovisual, no hay libro que se precie sin su adaptación al lenguaje cinematográfico. Actualmente, y
más aún con las tecnologías digitales, casi cualquier cuento puede representarse visualmente y de forma animada, casi real. Aunque esto supone la “pérdida” de esa magia que todos llevamos dentro
de la cabeza desde pequeños, y nos la condiciona a la adaptación que otros han hecho de personajes y lugares descritos con palabras y que originalmente fueron creados para que solo la imaginación de cada
lector las diera vida.Los cuentos de hadas siguen, y seguirán siendo, una atracción natural a la curiosidad y el deseo de sentirse “encantado” por su magia, por todos los públicos,
tanto niños como adultos, que disfrutan dejando de serlo durante unos momentos.
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Cuentacuentos